ALGUNOS ANTECEDENTES DE LA II REPÚBLICA



El porqué cayó la monarquía en 1931?. Existen antecedentes que se podrían remontar al auge del movimiento anarquista y socialista, y junto a ellos, las amenazas de coacciones, la violencia, los asesinatos. Uno de los hechos que dieron fama hace un siglo al anarquismo en España, fue el asesinato de Cánovas del Castillo a manos de un anarquista italiano.

También se recuerda el desastre de la guerra con Estados Unidos en 1898, así como la guerra en Marruecos a comienzos del siglo XX, factores que a la larga ayudaron en cierta forma a influir en la caída de la Monarquía.
Hace algún tiempo asistí a una conferencia sobre el centenario de la muerte de Cánovas del Castillo. Uno de los expositores dedicó un capitulo a la violencia anarquista de esos días. Tras finalizar su conferencia, me le acerqué y le pregunté cuál ha sido la participación de anarquistas extranjeros en el desarrollo de la violencia en España, contestándome el conferenciante que desconocía a ciencia cierta dicha participación.
En fin, un detalle que llama la atención y que creo no ha sido muy estudiado o difundido, es el de la participación extranjera en el desarrollo de la violencia anarquista, comunista y socialista hasta 1939 en España. Es de recordar que durante la Guerra Civil participaron las llamadas Brigadas Internacionales, y que éstas llegaron antes que las Camisas Negras Italianas y la Legión Cóndor alemana a España.
Por ahora trataré en este capítulo el desglosar a partir de 1909 la situación que presentaba España hasta la caída de la monarquía.
Para los revolucionarios de izquierda a comienzos del siglo XX, la guerra de Marruecos es ocasión propicia de ataque a fondo contra la sociedad española. Para los políticos, Marruecos y la revolución son ocasión de una crisis ministerial. En 1909, en un acto del partido socialista celebrado en Madrid, Pablo Iglesias aplaudió un ataque de rebeldes marroquíes a posiciones españolas, catalogando a los rebeldes de "defensor de su independencia". La actuación de la Prensa pro republicana de Barcelona fue de constante incitación a la rebelión, realizándose el día 26 de Julio una huelga general para protestar contra la guerra en Marruecos. Ese día las calles en Barcelona fueron obstruidas con barricadas. El día 27 aproximadamente 40 edificios, la mayoría religiosos, son víctimas de incendios. Pareciera que los agitadores recordaban las palabras de Lerroux pronunciadas tres años antes: "Entrad a saco en la civilización decadente y miserable de este país sin ventura; destruid sus templos; acabad con sus dioses; azad el velo de las novicias y elevarlas a la categoría de madres para virilizar la especie; penetrad en los Registros de la Propiedad y haced hogueras con sus papeles, para que el fuego purifique la infame organización social; entrad en los lugares humildes y levantad legiones de proletarios para que el mundo tiemble ante sus jueces despiertos. Hay que hacerlo todo nuevo, con los sillares empolvados, con las vigas humeantes de los viejos edificios derrumbados; pero antes necesitamos la catapulta que abata los muros y el rodillo que nivele las hogueras... Seguid, seguid... No os detengáis ni ante los sepulcros ni ante los altares... Hay que destruir la Iglesia... Luchad, matad, morid..."
En fin, ese día 27 los revolucionarios anarquistas continuaron sus desmanes, cortando líneas férreas y telefónicas, incendiando y volando puentes con dinamita y tiroteándose con la fuerza pública. Tras salir el ejército a la calle para poner el orden, el saldo final es de unos 75 paisanos muertos, y aproximadamente unos 400 presos en Montjuich y 100 en la Cárcel Modelo. El ejército y la fuerza pública tuvieron 8 muertos y 104 heridos.
El 22 de Julio de 1910, el jefe conservador, don Antonio Maura, tras descender del tren que le llevó a Barcelona, es víctima de un atentado realizado por un muchacho de 18 años llamado Manuel Possa, miembro afiliado a la Juventud Radical, quien dispara cuatro tiros dejando herido al Sr. Maura. Éste hecho hizo que meses después se aprobara una ley "contra el anarquismo".
En esas fechas es presentado por el jefe de Gobierno, don José Canalejas la "Ley del Candado", que prohibía el establecimiento de nuevas Congregaciones religiosas. Grandes manifestaciones de católicos, destacándose la de Pamplona con más de 80 mil personas, recorren las calles en señal de protesta. Por otro lado la actividad revolucionaria seguía su agitación, sucediéndose huelgas una tras otra, como la de los mineros en Bilbao en donde la tropa sale a la calle; la de los metalúrgicos en Barcelona, acompañada del estallido de Bombas; la de los estudiantes de Medicina en Madrid, etc.
El 6 de agosto de 1911, en la fragata Numancia, estalla una rebelión en la que participan un fogonero, un artillero y doce preferentes. Las causas, el creciente antipatriotismo. Por otro lado las huelgas son el pan de cada día en muchas provincias españolas, que culminan el 18 de septiembre, por convertirse en una huelga general revolucionaria en toda España, con los desordenes y desmanes característicos. Es de resaltar lo ocurrido en Cullera (Valencia) en donde los revolucionarios se insurreccionaron de manera violentisima, asesinando de manera brutal al aguacil y un Juez.
El 21 de septiembre de ese año se declara la huelga general en Madrid, siendo entre los detenidos los socialistas Largo Caballero, Cordero y Besteiro.
El 24 de septiembre de 1912 comienza una huelga ferroviaria en Cataluña y Zaragoza, y el 1 de octubre se declara en toda España. La huelga fracasa gracias a la militarización.
El Sr. Canalejas
El día 12 de noviembre de ese año es asesinado por un anarquista el jefe de gobierno Sr. Canalejas.
El 13 de abril de 1913 un anarquista disparó dos veces contra el Rey Alfonso XIII, saliendo milagrosamente ileso.
Entre 1914/15 siguió el ambiente revolucionario con huelgas como la de la construcción en Barcelona, la textil de Reux, la del personal marítimo en Valencia, la de fundidores en Sevilla, destacándose en algunos casos el derramamiento de sangre. En esos días se dio a conocer la llamada "caza del zorro", consistente en la persecución a tiros, por parte de los pistoleros anarquistas, de aquellos obreros que no apoyaran o participaran en las huelgas.
En 1915 estalla otra huelga general ferroviaria para lo cual el gobierno suspende las garantías constitucionales y declara el estado de guerra.
Mientras tanto en Rusia la revolución de Lenín hace sus avances, tal es que en España tiene sus seguidores gracias a la infiltración y promoción de la propaganda pro bolchevique.
El día 10 de agosto de 1917 estalla una huelga ferroviaria. A pesar de declararse el estado de guerra a consecuencia de los desordenes, el día 13 empieza un movimiento revolucionario con desordenes violentos en Barcelona, Zaragoza, Valencia y Bilbao, en donde los huelguistas levantaron las vías causando un descarrilamiento con saldo de cinco muertos y muchos heridos. En Madrid en Cuatro Caminos son asaltados comercios, siendo parados los revoltosos por las ametralladoras del ejército. Existe un manifiesto firmado por el comité de huelga formado por Largo Caballero, Saborit, Anguiano y Virginia González, que entre algunas cosas dice:
¨... Para sembrar el pánico en los primeros momentos, se incendiarán los tranvías o se les suelta vacíos de gente, después de haberles dado toda la velocidad... La revolución hay que ganarla por medio de incendios... Los edificios que arden bien son aquellos en que abundan la madera y el decorado: iglesias, palacios, teatros y cines... Los Bancos no hay que quemarlos: los Bancos hay que atracarlos...¨
Tras la detención del comité de huelga y la actuación del ejército y la fuerza pública, hizo que el ímpetu revolucionario fuera cediendo. Dos hechos son de resaltar durante la huelga: Una sublevación de los presos de la Cárcel Modelo de Madrid, y una violenta algarada en Sabadell, donde la tropa tiene que tomar por asalto una barricada, después de un bombardeo con dos piezas de artillería que destruyó algunas casas.
El día 19 culmina la huelga con el saldo de: 37 muertos en la Provincia de Barcelona, 26 en Bilbao, 14 en Madrid, 7 en Yecla y otros 10 o 12 en distintos puntos. Al comité de huelga se le hizo un juicio, en donde fueron condenados a cadena perpetua, que jamás cumplieron.
Para 1919 la situación en Barcelona, gracias a la violencia anarquista de la C.N.T., era lamentable. La llamada "agitación sindical", consistía en el asesinato sistemático y organizado de patronos, encargados de fábrica, agentes de la autoridad, atentados con bombas, atracos y robos a mano armada. El miedo de la población a enfrentar esta violencia era elocuente ante las represalias. El Sr. Gambó en su libro "Las Dictaduras" señala que: "burguesía barcelonesa ni resistió las exigencias, cuyo triunfo fue la base de la potencia de los sindicatos, ni contrarrestó la coacción que las masas sindicalistas hacían a los Jurados".
En ese año estalla la huelga de la Canadiense, principal empresa suministradora de energía eléctrica de la región catalana, paralizándose todos los servicios públicos en Barcelona. En Madrid son asaltadas tahonas y tiendas de comestibles, intentándose el saqueo del mercado de la Cebada, proclamando el Gobierno la Ley Marcial. Tras las negociaciones, surge inesperadamente la huelga general, que en Barcelona paraliza todos los servicios, a todas las industrias, incluso a los enterradores, y repercute en Madrid, Valencia, Lérida, la Coruña, Sevilla, Alicante y Alcoy. Tras aplicarse el estado de guerra y la previa censura de Prensa, las organizaciones obreras responden instaurando su propia "Censura Roja", organizada por La Asociación del Arte de Imprimir, adscrita a la Casa del Pueblo de Madrid, disponiendo que antes de que se imprima algún periódico, éste debe ser censurado su contenido si no es grato o conveniente a los intereses del movimiento de la Canadiense. En caso de que apareciera ante los llamados censores algo de dicho asunto, antes de ser impreso el sindicato amenazaba con paralizar la impresión y retirar el personal sin perjuicio de exigir por parte de la empresa una indemnización como correctivo de dicha infracción. Las consecuencias de la "Censura Roja" fue que se dejaron de publicar las notas de prensa emitidas por el Gobierno sobre el tema. "El Diario de Barcelona", "El Progreso" y "La Publicidad" fueron "multados" por los sediciosos con 1.000 y 2.000 Pesetas de la época (aproximadamente equivalentes a 1 y 2 millones de Pesetas en 1999) los dos primeros, y con la retirada del personal en el último, que se vio en la necesidad de suspender la publicación hasta cierto tiempo después que terminó el conflicto.
Mientras tanto, en Andalucía los campesinos incendian las cosechas para protestar contra el hambre y la miseria; en Barcelona continúan los atentados con bombas y sabotajes, hasta tal punto que los patronos amenazan con crear su propia fuerza de seguridad si el Estado no actúa.
El 8 de Enero de 1920 se produjo en Zaragoza, un intento de sublevación de las tropas del regimiento de Artillería del Cuartel del Carmen. Éste hecho hizo que Lerroux, alarmado, expresara que "El Soviet ha llamado a las puertas de los cuarteles", ya que la participación anarquista estaba presente de lleno en la organización de dicha sublevación. Lerroux insistía que "En poco tiempo se han registrado más de doscientos atentados que han quedado impunes; estos crímenes son viles, reúnen todas las agravantes del Código, son cobardes, alevosos en la ocasión, en la forma y hasta en la hora; cuando un pueblo no es digno de una institución progresiva como la del Jurado, el Poder Público debe suspender su ejercicio". En fin, los atentados a finales de año llegaron a sumar unos 757 y las huelgas pasarían de las 1300.
Don Eduardo Dato
El 8 de Marzo de 1921 es asesinado en un atentado por miembros del Sindicado Único de Barcelona el Presidente de Consejo, don Eduardo Dato.
El 27 de febrero de 1923 es asesinado en Barcelona un dirigente del Sindicato Libre, agudizándose la lucha sindicalista en la capital catalana. El 10 de Marzo son asesinados dos destacados dirigentes de la C.N.T.. A consecuencia de esto se declara la huelga general en Barcelona y Zaragoza. En una sola jornada se registran en Barcelona varios atracos y tres asesinatos. El 10 de Abril se producen nuevos enfrentamientos sangrientos entre ambos bandos. Desde comienzos de año hasta el mes de agosto, solamente en Barcelona se cometieron más de 700 atentados.
El 22 de agosto en Málaga, al embarcar tropas para Marruecos, un grupo de soldados se rebelan y dan muerte a un suboficial. El movimiento tiene influencias comunistas y es derrotado. La situación de descontento era general en la sociedad, y los militares no escapaban a ello, encontrando los comunistas un buen caldo de cultivo de ideas revolucionarias.
El General Miguel Primo de Rivera
El 11 de septiembre en Barcelona, el nuevo partido "Accio Catalana" que expresaba el separatismo a los extremos, organiza un acto en donde se escuchan los mueras a España. Ante éste tipo de situaciones y otros hechos ya señalados anteriormente, el Capitán General de Cataluña, el General Miguel Primo de Rivera, da un Golpe de Estado, y el día 14 en Barcelona es despedido por una muchedumbre antes de viajar a Madrid, llegando la mañana del día 15, y recibido por multitudes que le aplaudieron al entrar triunfal, sin derramar una gota de sangre, en la capital española. Es de resaltar que el nuevo gobierno se caracterizó por la adhesión popular, carencia de adversarios y poderes excepcionales.
El Dictador clausuró definitivamente los sindicatos, poniendo presos a sus directivos así como los redactores del Periódico Solidaridad Obrera. Curiosamente con estas medidas se redujo a casi nada la actividad terrorista. En Barcelona ordenó clausurar gran cantidad de centros separatistas. Un gran logro del General Primo de Rivera fue conseguir el triunfo definitivo en la guerra de Marruecos el 12 de julio de 1927 tras 18 años de combates. Un detalle llamativo de éste periodo es el apoyo de los Socialistas al Dictador. Largo Caballero formaba parte del Consejo de Estado en donde representaba a los obreros. Lamentablemente Primo de Rivera no se dio cuenta de que La Unión General de Trabajadores (UGT) conspiraba -según Luis Arasquitaín en 1931- para derrocar la monarquía, visitando y organizando nuevos cuadros Pro Republicanos. En cuanto a obras públicas, la dictadura desarrolló la producción forestal y agrícola gracias al aprovechamiento de las corrientes fluviales, construyendo embalses y pantanos gigantes, consiguiendo con ello la ampliación de las zonas de regadío, que contribuyeron al desarrollo de la actividad comercial. También se mejoró el sistema de ferrocarriles y carreteras.
En cuanto a la actividad anarquista, en julio de 1927 se reúne en Valencia un congreso, que entre otras cosas acuerda la creación de la Federación Anarquista Ibérica (FAI).
En la noche del 28 al 29 de Enero de 1929 estalla una rebelión en la que participan políticos liberales, republicanos, la C.N.T., algunos generales con mando, a los que se añadieron varios regimientos de Artillería y fuerzas de otras Armas. La intentona falló. Desde entonces la dictadura empezó a sucumbir.
Don Miguel Primo de Rivera sale de Palacio tras presentar su dimisión
En enero de 1930 la actividad estudiantil estaba revuelta. Había en el ambiente otra sublevación que sería iniciada por el Gobernador militar de Cádiz, el General Goded. Pero esta no prosperó gracias a la intervención del Rey. Primo de Rivera, ya cansado y enfermo, comprendió que no podía seguir, y tras unas consultas, el 28 de enero de 1930 presenta al monarca su dimisión. Posteriormente el general decide marcharse el 11 de febrero a París, y el día 16 de marzo fallece en esa ciudad a consecuencia de una penosa enfermedad.
La noche del 28 de enero, tras conocerse la caída de la dictadura, grupos de revoltosos salieron a la calle a celebrar gritando - ¡ Viva la República !.
El General Berenger es el encargado de formar nuevo gobierno. En pocos días se autoriza con decretos el desmontaje total de la infraestructura creada por la dictadura. Los agitadores y revolucionarios republicanos a los cuales Primo de Rivera había sancionado políticamente, recuperan sus antiguas posiciones gracias al llamado proceso de "pacificación".
Don Nieto Alcalá Zamora, el 19 de abril en un acto en Valencia, describía la idea de la República como la idea de entrar en un paraíso. A pocos días, Indalecio Prieto en el Ateneo de Madrid, acusó al Rey de perjuro, prevaricador y agente a sueldo de empresas extranjeras. Mientras tanto, los diferentes grupos republicanos se iban reagrupando, estableciendo contactos y fuertes relaciones con los socialistas de Prieto, y con los separatistas de Cataluña y Vasconia. Empiezan a aparecer las huelgas revolucionarias. Los estudiantes izquierdistas concentrados en la Federación Universitaria Escolar (FUE) ese año se la pasaron en disturbios. Las universidades se convirtieron en campos de batalla en donde se luchaba por poner o quitar una bandera roja. El regreso del catedrático Miguel de Unamuno de su destierro a Madrid el 1 de mayo, causó alborotadas manifestaciones de republicanismo, produciéndose desordenes y tiroteos que causaron un muerto y diecisiete heridos.
Mientras tanto, la idea de una República no estaba bien definida. Para algunos como Alcalá Zamora, la definía como presidencialista, burguesa y hasta clerical; otros la esperaban con la bandera roja y negra del anarquismo; hay quien la deseaba platónica; y otros como Largo Caballero que la quería bolchevique.
El 17 de agosto de 1930, en San Sebastián, se acordó tras una reunión, un pacto, a los que asistieron Fernando Sasiaín por Unión Republicana; Lerroux y Azaña por la Alianza Republicana; Marcelino Domingo, Alvaro de Albornoz y Ángel Galarza, por el Partido Radical Socialista; Nieto Alcalá Zamora y Miguel Maura, por la Derecha Liberal; Manuel Carrasco Formiguera, por Acción Catalana; Matías Mallol y Bosch, por Acción Republicana de Cataluña, Santiago Caseres Quiroga, por la Federación Republicana Gallega, y otros grupos, que integran la totalidad de los elementos republicanos del país, como la C.N.T.. Los asistentes a dicha reunión acordaron buscar los mecanismos para el triunfo de la llamada "revolución republicana", destacándose entre esos mecanismos la huelga, las revueltas, la conspiración, la creación de un Comité Revolucionario, el alimentar las ideas separatistas catalanas, en fin, declarar la guerra a muerte a la monarquía empleando la violencia como la principal arma.
En el mes de septiembre se levanta la censura, y estalla lo que algunos denominaron "el motín de Prensa", ya que aparecieron gran número de periódicos izquierdistas que no cesaban en lanzar una intensa campaña en contra la monarquía.
El 28 de septiembre, se realiza un mitin organizado por las fuerzas republicanas en Madrid. El 10 y 11 de octubre son detenidos dirigentes revolucionarios, entre ellos el Comandante Ramón Franco, quienes querían organizar una revuelta.
Para dar la idea de como se manejaba el ambiente pro revolucionario, el 12 de noviembre, tras un lamentable accidente laboral, mueren cuatro obreros en Madrid. Los dirigentes obreristas acuerdan convertir el entierro en un acto político contra la monarquía. El desfile organizado de la comitiva termina en la Puerta del Sol, en donde la multitud lanza piedras y tiros a la fuerzas encargadas de custodiar la seguridad, teniendo éstas que usar sus armas para defenderse. Resultado: dos revoltosos muertos y varios heridos. En fin, esto sirvió de excusa para tildar al gobierno de tiránico y criminal. Esto fue la excusa para que estallara una huelga general que fue absoluta y duró hasta las 5 de la tarde del día 17.
El 12 de diciembre de 1930, el Oficial Fermín Galán Rodríguez, organiza una revuelta en la plaza militar de Jaca. El motivo para dicha sublevación, el triunfo de la República. Según Galán, existía un plan organizado por un Comité Nacional Republicano, que en realidad existía, pero no funcionó en el resto de España. Los sublevados formaban unos 800 hombres en Jaca, cuya misión era la de llegar a Huesca, en donde supuestamente también allí había estallado otra sublevación. Lo cierto es que los soldados de Jaca fueron engañados, ya que Galán les dijo que en toda España se había instaurado la República. Resultado: Tras un enfrentamiento con fuerzas leales al gobierno, se produce la desbandada de los sublevados. El Gobierno declara el estado de guerra en la 5ª Región y estableció la previa censura en toda España.
En cuanto al famoso Comité Revolucionario, son detenidos Caseres Quiroga, Alcalá Zamora, Maura y Alornoz. Los otros miembros: Fernando de los Ríos, Largo Caballero, Nicolau d´Olwer, Martínez Barrio, Lerroux, Azaña, Marcelino Domingo y Prieto; estaban huidos o bien escondidos.
El 15 de diciembre, a las 6:00 horas, en el aeródromo de Cuatro Vientos en Madrid, es tomada dicha instalación por otro movimiento revolucionario, en donde participan el ya fugado de la cárcel, el comandante Ramón Franco, el mecánico Rada, y el ex comandante Reyes. A la tropa del aeródromo le convencen de que ya se proclamó la república, y ordenan a un telegrafista que curse a todos los aeródromos el siguiente despacho: "Proclamada la República en Madrid, toque diana". A ver Franco que las cosas no le van bien, decide a las 10:00 horas montarse en un avión y bombardear el Palacio Real, lo cual, tras estar sobre su objetivo, no hizo por temor a matar gente inocente que estaba cerca del lugar. Pero las lluvias de proclamas que anunciaban el triunfo de la república decían otra cosa. Se amenazaba que aquellos que salieran a defender la monarquía en la calle serian bombardeados, mientras a los soldados se les decía que "Si no os sometéis, vuestro cuartel será bombardeado dentro de media hora".
El Gobierno actúa rápidamente, y envía fuerzas leales a la toma del aeródromo, y tras un acuerdo, los sublevados deciden dar todo por perdido, produciéndose la fuga de algunos comprometidos vía aérea rumbo a Portugal. A las 12:30 horas, tras caer los primeros proyectiles, aparece la bandera blanca.
La intentona subversiva alcanzó San Sebastián, en donde un grupo de agitadores pretendió asaltar el Gobierno Civil, matando a un sargento se seguridad y hiriendo a otros. En Gijón, la C.N.T. declaró la huelga general, y las turbas invadieron la iglesia de los padres jesuitas, en la que se cometieron toda clase de profanaciones. En el resto de España estallaron huelgas generales en Barcelona, La Coruña, Jaén, Logroño, Puertollano, Salamanca, Navarra, Santander, Vizcaya, Zamora y Zaragoza, adquiriendo las de peor cariz la de Levante.
Ante esta situación, el Gobierno toma las medidas de ordenar las detenciones de Fernando de los Ríos y Largo Caballero; cerró el Ateneo, suspendió por un mes las clases en la universidades y decretó la disolución de los sindicatos de la C.N.T.. Se anunciaba elecciones generales para el 1 de marzo.
Como la idea de los republicanos, socialistas y demás grupos antimonárquicos es la de hacerle la vida imposible al sistema, anuncian que no participarán en las elecciones.
1930 finaliza con unas 527 huelgas, mientras que en 1929 se registraron unas 100.
El 10 de febrero de 1931 se producen desordenes universitarios con sus respectivas huelgas y enfrentamientos callejeros, desarrollándose el día 15 una huelga en Cádiz.
Nueva crisis de gobierno y el Rey encarga al Sr. José Sánchez Guerra la formación de un nuevo Gobierno. Llamó poderosamente la atención la visita del Sr. Guerra a la cárcel Modelo con la idea de ofrecer algunos ministerios a Alcalá Zamora, Largo Caballero y Fernando de los Ríos. El comentario de ese entonces en la opinión pública era que "si un republicano ¿puede ser, dignamente, ministro de un Rey?". En fin, los visitados rechazaron la oferta, El día 16, Alcalá Zamora redacta una nota desde la cárcel en donde manifiesta que "Seguros estamos de que unas elecciones de verdad proclamarían legalmente la República...". El día 18 jura el nuevo gabinete de coalición monárquica, presidido por el almirante Juan Bautista Aznar.
El 12 de marzo se establece la convocatoria de elecciones municipales para el 12 de abril, las provinciales para el 3 de mayo; las de diputados a Cortes el 7 de junio, y las de senadores para el 15 de ese mes.
El 13 de marzo se realiza en Consejo de Guerra para juzgar los conspiradores de Jaca. El 23 de ese mes, hubo sentencia, que condenó a Alcalá Zamora a seis meses de cárcel, y no a los 15 años que pedía el fiscal en sus conclusiones. El tribunal lo presidía el general Burguete, y éste se complacía en manifestar que él y dos consejeros habían formulado voto favorable a la absolución de los procesados. Ese mismo día se había celebrado un mitin en la Casa del Pueblo en Madrid en favor de la amnistía de los procesados, en donde a la salida los concurrentes desfilaban por las calles del Barquillo y Alcalá dando vivas a la República y mueras al Rey, registrandose un enfrentamiento entre la fuerza pública y los manifestantes frente al Ministerio de Hacienda. El día 24 con la salida de los presos de la cárcel, se formó una muchedumbre enardecida que les ovacionaba.
Ese día 24, por su parte los estudiantes del FUE organizan una verdadera batalla campal en las inmediaciones de Atocha, dando como resultado un guardia civil y un paisano muertos y diecisiete heridos, entre ellos once estudiantes. Como consecuencia la F.U.E. pide la destitución del general Mola de la Dirección General de Seguridad, quien dimite el día 26. En Valladolid y Salamanca se realizan manifestaciones pidiendo la amnistía de los estudiantes detenidos. En Valencia tras incidentes violentos, es clausurada la universidad. En Barcelona, Sevilla y otras universidades estallan desordenes estudiantiles. Es de resaltar que en las manifestaciones estudiantiles violentas participaban personas infiltradas que no son estudiantes, y que su fin estaba explícitamente en fomentar el desorden. El día 26 siguen los desordenes en Barcelona y Valencia.
En fin, se organizaba una verdadera campaña de agitación. Aparecían carteles, manifiestos, Prensa caracterizada por hojas clandestinas, así como diarios como "La Tierra", salían cada noche cubiertos de alegorías soviéticas, y que cuya distribución clandestina, a pesar de que era propaganda antimonárquica, el gobierno no fijaba los mecanismos para controlarla.
En plena campaña electoral, a nivel nacional los monárquicos organizan actos políticos con la idea de dar a conocer sus candidatos. Es de resaltar que en dichos mítines asistía nutrida concurrencia. Se podría decir que la monarquía tenía su buen número de seguidores.
Los republicanos también organizan sus actos con bastante asistencia, siendo uno de los más llamativos el realizado el día 5 de abril. En "El Socialista" se puede leer algunas de las frases pronunciadas por los oradores: "Vamos a jugarlo todo por la República..., pero no nos pidáis que nos detengamos ahí, porque nosotros iremos a hacer triunfar la revolución social"... "En cuanto la haya iremos al comunismo"... Las generaciones jóvenes "están movidas por las ideas de la nueva Rusia, que serán los ideales de la nueva humanidad". En fin, esos mismos ideales le costaron a Rusia bajo el dominio de Stalín unos 50 millones de muertos, y lo cierto es que en España, por ordenes del mismo Stalín, también se asesinaría a miles y miles de personas. Un ejemplo fue lo ocurrido en Paracuellos de Jarama.
Llega el día de las elecciones, 12 de abril, y ya a las 8:30 de la noche, el Gobierno reconocía su derrota electoral. El almirante Aznar, tras llegar a Palacio el día 13, responde a los periodistas: "¿Cómo hablar de crisis? ¿Qué más crisis la de un pueblo que se acuesta monárquico y amanece republicano?". Esa noche la gente sale a la calle con la idea de celebrar en fin de un periodo caduco de vieja política. A partir de las 11:00 de la noche la muchedumbre llenaba la calle de Alcalá. Por todo Madrid se respiraba intentos de motines, en donde en algunos sitios como en Recoletos, hubo de intervenir la Guardia Civil disparando contra los revoltosos.
En la mañana del 14 de abril en Madrid, se conoce que en Eibar ha sido proclamada la República, y que las comunicaciones telefónicas y telegráficas con San Sebastián estaban interrumpidas. Ediciones extraordinarias de algunos periódicos en Madrid, propagan la noticia de que se había proclamado la República en Barcelona y Eibar. Banderas republicanas empiezan a aparecer en las calles de la capital española. El Rey toma la decisión de marcharse antes de que se produzca un verdadero baño de sangre, ya que a pesar de ser derrotada -en apariencia- la monarquía en las elecciones, habían muchas personas que votaron por los candidatos monárquicos. Él sabía que si se quedaba, podía estallar una guerra civil. "Yo no quiero resistir. Por mí no se verterá una gota de sangre. Si el bienestar de España exige que me vaya, lo haré sin vacilaciones". Y al día siguiente, parte rumbo a Francia. Mientras tanto, una multitud enloquecida celebraba con alegría, frente al Palacio Real, la caída de la monarquía. Empieza con ello, la trágica tragedia, que culminaría en una cruenta guerra civil en España.

Manifestación republicana en Madrid







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